¿Por qué utilizar un revestimiento en primer lugar?

Hubo una época en que el envasado de fluidos de uso automotriz debía regirse por los materiales disponibles. Por ejemplo, el aceite de motor solía venir envasado en botellas de vidrio pesadas o en latas metálicas. Las botellas implicaban mayores costos de transporte y aumentaban las posibilidades de pérdida de líquidos por rotura. Las latas resultaron difíciles de usar para los consumidores que no tuvieran un abrelatas y pico especiales. Los contenedores de cartón superaron a las latas metálicas, pero aún presentaban dificultades al momento de reutilizar el contenedor para almacenar aceite usado.

Durante la década de 1980, un cambio en los materiales de envasado permitió a los fabricantes de fluidos de uso automotriz aprovechar el plástico liviano. El cartón tenía un peso menor que lo convirtió en un material conveniente junto con la reutilización de los envases de vidrio. Sin embargo, las botellas de polietileno no se reciclan tan fácilmente como el cartón, el metal o el vidrio.

Actualmente, una solución al problema del envío y almacenaje de fluidos de uso automotriz adquiere la forma de revestimientos de barriles y cubetas. Estas bolsas flexibles revisten el interior de contenedores rígidos de mayor tamaño, lo que permite la reutilización repetida del contenedor exterior. A diferencia de las bolsas, que también surgieron en esta época, los revestimientos de barriles tienen un contenedor de soporte rígido alrededor del revestimiento interior. El uso de contenedores rígidos mejora la seguridad del contenido del revestimiento.

Además, los revestimientos de barriles y cubetas permiten un envasado a granel más sencillo, al mismo tiempo que reducen el peso total del contenedor. Los contenedores de menor peso reducen los costos de envío debido a que se necesita una menor cantidad de combustible para transportar envíos más livianos.